HISTORIA
Los humedales fluviales de la región central de la Península Ibérica expandieron sustancialmente su área como resultado de los cambios climáticos y las tasas de subsidencia que ocurren después de la última glaciación. Estos cambios llevaron a los sistemas fluviales preexistentes a pasar de los canales de alta energía a los sistemas de baja energía y bajo gradiente, lo que resultó en una ampliación del área inundada.
Hay evidencia de la presencia de humanos en esta área desde el período Paleolítico. Sin embargo, abundantes artefactos y asentamientos relativamente grandes solo se han registrado para la Edad del Bronce en adelante. Los humedales condicionan fuertemente el estilo de vida de los humanos que viven en su vecindad o incluso en medio del humedal. No hay evidencia de palafitos (una antigua vivienda construida sobre pilotes sobre un lago) en la región del río Guadiana. Sin embargo, algunos de los asentamientos de la «cultura motillas» y la medieval Calatrava La Vieja, de hecho fueron construidos en islas rodeadas de humedales.
Incluso, los asentamientos ubicados a unos cientos de metros o unos pocos kilómetros de los humedales tienen acceso a recursos como el agua (a menudo de dudosa calidad), la pesca, la caza y las plantas silvestres comestibles. Las inundaciones ocasionales ofrecieron oportunidades para diferentes prácticas agrícolas y el cultivo de cultivos especiales. Incluso los materiales similares a la turba se tomaron para mejorar el contenido orgánico de los campos.
Se incrementó la interacción con los recursos hídricos, lo que implicó la construcción de represas, molinos de agua, canales de riego y pozos. Esto ocurrió desde la época romana y durante la época medieval. La explotación de depósitos de sal y yeso es otra actividad tradicional en la zona. La compleja red de «vias pecuarias» construida por el «Honrado concejo de la Mesta» aprovechó los humedales y sus recursos. Sin embargo, la expansión de los mosquitos Anopheles y la malaria constituyeron un serio obstáculo para la supervivencia de las poblaciones humanas cercanas a los humedales. Esto llevó a la idea de «miasmas» como una fuente de problemas de salud que prevaleció en el pensamiento médico durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
Prácticas médicas marginales y medicina popular florecieron a lo largo del río Guadiana durante siglos. Esto dio ocasión a las actividades anti-brujería de los tribunales de la Inquisición. Junto con el anterior, existían o habían nacido en la zona notables médicos convencionales y médicos oficiales. Mención especial merece Juan Alonso y de los Ruyces Fontecha.
El aumento de la sequía y la sobreexplotación de los acuíferos condujeron a lo largo de los siglos XX y XXI a una grave degradación de los humedales y su biota. Esto también puso fin a las actividades basadas en la explotación de los recursos vinculados a los humedales (flora y, especialmente, fauna).